1) Haga el contraste entre el principio de sustitución de la salvación contra la inclinación común que tiene como base la salvación por méritos.
Los nuevos creyentes deben entender claramente que la salvación no se gana, ni se mantiene a través de nuestro esfuerzo humano, esto con el fin de que no razonen como los cristianos del libro de Gálatas.
Gálatas 3:1-3 ¡Gálatas torpes! ¿Quién los ha hechizado a ustedes, ante quienes Jesucristo crucificado ha sido presentado tan claramente? Sólo quiero que me respondan a esto: ¿Recibieron el Espíritu por las obras que demanda la ley, o por la fe con que aceptaron el mensaje? ¿Tan torpes son? Después de haber comenzado con el Espíritu, ¿pretenden ahora perfeccionarse con esfuerzos humanos?
Para una discusión completa sobre el Principio Sustitutivo, vea Lección 1-3.
2) Discutir el "acontecimiento" de la salvación (el "nuevo nacimiento") como sólo "el primer paso" en el camino espiritual con Dios, así como el nacimiento físico es el primer paso en la experiencia humana de desarrollarse desde la infancia a la madurez adulta.
Muchos cristianos hacen hincapié en el evento de la salvación (y obviamente no es opcional), pero dejan de recalcar la importancia en la vida cristiana entre la experiencia de la salvación y la partida de este cuerpo.
Demasiados creyentes ven su vida diaria como una lucha difícil y frustrante con el pecado, que se tolera hasta que finalmente son librados a través de la muerte al cielo (una desagradable, pero necesaria experiencia). A pesar de que les gustaría vivir siempre victoriosos, muchos concluyen que sólo los creyentes "muy espirituales" son capaces de alcanzar ese objetivo.
1 Pedro 1:3 Que toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectación.
3) Discutir la importancia de comprender el carácter de Dios en lo que se refiere a Su confiabilidad.
Discutir luego la estrategia que el enemigo usa en la mente del creyente de denigrar el carácter de Dios, ya que lo retrata como alguien que no siempre tiene intenciones de beneficiar a quienes lo siguen.
La naturaleza humana es propensa a la independencia de Dios y el enemigo la usa para promover la desconfianza en Él, a pesar de que la Biblia continuamente refuerza el carácter de Dios como amoroso, perfecto, fiel y absolutamente digno de mi confianza.
Ver también la lección 1-5
4) Discutir cómo llegamos a tener dentro de nosotros dos naturalezas que están en oposición directa una de otra.
También examinar cómo la naturaleza humana no se mejora ni un poquito en la conversión, contrario a la percepción común de que la presencia del Espíritu Santo de alguna manera eleva la naturaleza humana a un nuevo nivel de bondad. Cada creyente debe saber que tiene, como antes, el mismo potencial para cometer pecados aún después de ser salvo. La naturaleza humana está más allá de cualquier mejora.
La única provisión de Dios para llevar una vida victoriosa es la naturaleza divina en la Persona del Espíritu Santo.
Ver también la lección 1-5
5) Discutir la necesidad de ver al Espíritu Santo como Persona, Dios mismo, en contraste con la idea de que Él sea algo menos, como una "inspiración" o una "fuerza influyente" para bien en mi vida.
Debe ser reconocido como un Compañero y Supervisor constante y un Ser con quien se debe tener continua comunicación e interacción, como la que tendría con mi cónyuge o con un amigo cercano.
Él tiene un plan diario para mi vida y quiere que yo aprenda a seguirlo a Él y ajustarme a Sus planes, contrariamente a la creencia generalizada de que siempre está a mi lado, pero sólo es realmente necesario para los tiempos difíciles cuando “yo” determine a través de mi entendimiento humano que no puedo por mí solo.
6) Una verdad que no depende de ninguna manera de si el creyente lo reconoce o lo acepta, es hablar de Cristo como "Propietario" de cada creyente.
Los cristianos deben entender claramente desde el principio que la rendición no implica entregarle algo a Dios que no sea ya Suyo. Él me compró y por lo tanto no tengo menos que ceder incondicionalmente ya que no hacerlo es usurpar la autoridad sobre lo que no es mío.
Él es mi Señor y tengo que reconocerlo y aceptarlo. Él no debe ser percibido como Alguien que "llegará a ser" mi Señor en algún momento en el futuro.
7) Discutir el concepto de señorío como “una decisión" (un evento), un rendimiento de la voluntad a Su autoridad, seguida de un proceso de crecimiento espiritual (permanecer, santificación).
Este evento está representado por la decisión del segundo grupo de los israelitas para cruzar el río Jordán al lugar de bendición y fertilidad (Canaán) elegido por Dios, donde aprendieron a seguir a Dios en el proceso de conquistar la tierra.
La ceremonia de matrimonio también es un evento de compromiso ("donde se renuncia la independencia"), seguido por el proceso de matrimonio ("aprender a vivir juntos en compañerismo armonioso"). Esta perspectiva está en contraste con la mentalidad predominante de que el señorío es una meta que se alcanza como resultado de un "proceso" de entrega y obediencia.
La verdadera entrega no es la de nuestra vida exterior, sino la de la voluntad. Y cuando nos rendimos así, no queda nada por hacer. La crisis más grande que podemos enfrentar es la entrega de nuestra voluntad. Sin embargo, Dios nunca nos obliga ni nos ruega para que lo hagamos. Él espera con paciencia hasta que voluntariamente nos rindamos a Él. Una vez que se ha ganado esa batalla, nunca más será necesario librarla.
(Jesús dice) "Si quieres ser mi discípulo, debes renunciar a tus derechos y cedérmelos a Mí". Después, lo que resta de la vida solo es la manifestación de esa entrega. … Y después de que te rindas, ¿qué? Tu vida entera se caracterizará por la aspiración de mantener una inquebrantable comunión y unidad con Dios.
(Extracto de Oswald Chambers - Mi Mayor Esfuerzo para Su Alteza – Sep. (Extracto de Oswaldo Chambers – En Pos de lo Supremo – 13 Sep.)
8) Discutir el concepto de que cada creyente encaja en uno de los dos campamentos (grupos)
Uno que está representado por el segundo grupo de israelitas que entraron en Canaán y el otro (probablemente el 80% o más) está representada por el primer grupo de israelitas que se negaban a creer en Dios y confiaban en sí mismos para su cuidado. Ellos no consideraron a Dios digno de confianza.
Como resultado se encontraron en una experiencia de desierto donde Dios fielmente tuvo cuidado de todas sus necesidades temporales, pero no fueron fructíferos desde la perspectiva eterna de Dios.
Típicamente los creyentes se ven como que estuvieran todos en la misma ruta (categoría), sólo que en diferentes niveles de crecimiento. Esta perspectiva tiende a percibir el señorío como una meta que se logra a través de un proceso, en lugar de verlo como un evento previo.
9) Discutir los dos aspectos de la rendición, que presentan una clara oportunidad para confundirse.
- Hay una entrega inicial de la voluntad a su autoridad, que es un evento.
- Seguido por el proceso de entrega de esas áreas de mi entendimiento y comportamiento que Él quiere cambiar o podar para hacerme más útil y fructífero.
La voluntad de un caballo salvaje debe primero romperse para después seguir el proceso de ser entrenado.
El "yugo" mencionado en Mateo 11:28-30 habla de la renuncia a mi independencia (evento), seguida por un proceso de aprender a caminar en comunión armoniosa con Él, es decir, "llegar a conocerlo íntimamente".
10) Discutir cómo muchos creyentes erróneamente asocian el señorío a una rendición de comportamiento externo.
Esta falsa idea generalmente produce un creyente que repetidamente se compromete con total entrega y obediencia, sólo para estar decepcionado pronto por la falta predecible de pureza y santidad.
Entonces es fácil concluir que esas luchas con la naturaleza humana se deben a la falta de sinceridad, falta de entendimiento o falta de compromiso de su parte.
Muchos creyentes repiten este proceso una y otra vez a través de los años.