Dios quiere que yo sea libre de la carga de los “problemas no resueltos” del PASADO o del FUTURO, con el fin de que Él tenga libertad de producir Su fruto a través de mi vida.


El presente: debería preguntarme:

  • ¿Estoy en armonía con el Espíritu Santo en este momento? 
  • Si No, ¿Por qué No?

El Pasado:  Es posible que tenga que mirar mi pasado y hacer las siguientes preguntas

  • ¿Hay problemas de mi pasado que necesitan ser resueltos?
  • ¿Debo perdonar o necesito reconciliarme con alguien, o confesar que he hecho mal a alguien?
  • ¿Necesito hacer restitución por algún daño que yo he hecho? (físico, financiero, etc.)
  • ¿Hay pecados que necesito confesar al Señor? ?

El Futuro:  O, quizás deba mirar hacia mi futuro y preguntar

  • ¿Están las preocupaciones sobre el futuro, interrumpiendo mi comunión con Dios?
  • ¿Debo confesar mi preocupación o ansiedad como pecado?

El resto de esta lección abordará la pregunta, "Si NO estoy permaneciendo con el Señor en este momento, ¿por qué NO?"


1)  Problemas relacionados a otros - en el pasado o en este momento.

a)  Si pienso que puedo mantener una buena comunión con Dios, y al mismo tiempo despreciar las relaciones con los demás, me estoy engañando.

1 Juan 2:9-11  El que afirma que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad.  El que ama a su hermano permanece en la luz, y no hay nada en su vida que lo haga tropezar.  Pero el que odia a su hermano está en la oscuridad y en ella vive, y no sabe a dónde va porque la oscuridad no lo deja ver.

Pero el que odia (ver Nota) a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas y no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.

NOTA:  Amar es decidir hacer lo mejor para alguien.  Eso no es necesariamente lo mismo que “hacer lo que le complace” .  

1 Juan 4:20-21  Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.  Y él nos ha dado este mandamiento: el que ama a Dios, ame también a su hermano.

NOTA 2:  No tengo que sentir “afecto” hacia esa persona, pero sí, tengo que amarle.  No considere el odio como algo necesariamente malévolo, sino más bien como no hacer lo que es de mayor beneficio para otro”.  En otras palabras la ausencia de amor o “no amar”.

Hebreos 12:6  ... porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo».

Hebreos 12:11  Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.


b)  Si yo me resisto a perdonar a alguien, puede limitar mi utilidad como instrumento en manos de Dios, y puede también limitar que se desarrolle Su fruto en mi vida.

Marcos 11:25  Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados.

Colosenses 3:12-13  Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otroAsí como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.


c)  ¿El Espíritu Santo quiere que yo pida perdón a alguien a quien he ofendido?  Es mi responsabilidad buscar la restauración de la comunión.

Mateo 5:23-24  Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar.  Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda.


d)  ¿El Espíritu Santo quiere que yo busque reconciliación con alguien que me ha ofendido?

Es mi responsabilidad buscar la restauración de la comunión.

Mateo 18:15  Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta.  Si te hace caso, has ganado a tu hermano.


e)  ¿El Espíritu Santo quiere que yo haga restitución a alguien a quien he causado pérdida?  (Por ejemplo, ¿Pagar una deuda? ¿Un préstamo?  ¿Impuestos?)

Números 5:5-7  El Señor le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas: «El hombre o la mujer que peque contra su prójimo, traiciona al Señor y tendrá que responder por ello.  Deberá confesar su pecado y pagarle a la persona perjudicada una compensación por el daño causado, con un recargo del veinte por ciento.

Romanos 13:8 No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley.


f)  No soy responsable por la falta de voluntad de parte de otros para amarme o perdonarme, pero Dios sí me hace responsable de amar y perdonar a otros.

Romanos 12:10  Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente.

Romanos 12:16-18  Vivan en armonía los unos con los otros.  ...  No paguen a nadie mal por mal.  Procuren hacer lo bueno delante de todos.  Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.

Romanos 12:20-21  Antes bien, «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber.  Actuando así, harás que se avergüence de su conducta.»  No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.

Filipenses 2:1-4  ...  No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.  Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás.

NOTA:  Recuerde, amar es la decisión de hacer lo mejor para beneficio de otro”.


2)  Asuntos personales - solo entre El Señor y yo.

a)  ¿Existe algún asunto o asuntos personales sin resolver que el Espíritu Santo quiere que yo reconozca y le confiese a Él?

1 Juan 1:9-10  Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.  Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no habita en nosotros.


b)  Puntos importantes para contemplar:

1)  Responsabilidad 

La mayoría de los creyentes subconscientemente piensan que Dios deja en sus manos el determinar cuándo hay un problema entre ellos y Dios que necesita ser resuelto. ¡No es así!  Solo el Espíritu Santo hace esa determinación. 

En la relación padre-hijo, la responsabilidad del padre o madre es explicar el problema al hijo.  La responsabilidad del hijo es escuchar atentamente y responder.

2)  Desacuerdos

Cuando una pareja comienza su matrimonio, tienen muchas opiniones diferentes.  Y se espera que conforme vayan nutriendo su relación, muchas de esas diferencias disminuirán.  Algunas sí, otras no.  Algunas diferencias de opinión permanecerán hasta la muerte.  Y esto está bien, cada individuo fue diseñado con una personalidad única, y debemos respetar esas diferencias en otras personas. 

¿Realmente quiero que todos piensen como yo?  Mi meta debe ser el vivir en armonía (comunión) con otros y no presionar a los demás para que todos tengan mi punto de vista.

Yo necesito hacerme estas preguntas:

  • ¿Me molesta el comportamiento, o punto de vista de mi cónyuge (u otros) porque no es la manera en que “yo” hago las cosas o no es “mi” punto de vista?
  • ¿Dice la Biblia que su comportamiento o punto de vista es pecado? Si yo estoy molesto u ofendido por las creencias o comportamiento de otros, pero Dios no dice que es pecado, entonces quizá yo necesite examinar mi propio corazón. Quizá yo sea crítico. Quizá Dios está tratando de mostrarme un área que Él quiere cambiar en mi vida.

Es perfectamente normal tener diferentes opiniones y sin embargo mantener el respeto mutuo y el compañerismo.




3)  Crecimiento  

El no tener asuntos pendientes por los cuales me esté pidiendo cuentas, no significa que todo lo que estoy haciendo ahora le agrade a Dios.

¿Qué quiere decir el concepto de crecimiento?  Crecemos “hacia” algo y “desde” algo.

Al crecer físicamente avanzamos desde un nivel de debilidad a un nivel de más capacidad física y mental.

De la misma manera, al crecer espiritualmente, avanzamos de un nivel de confianza en nosotros mismos a un nivel cada vez más de dependencia en Dios.

Necesito aprender que la fuerza espiritual no es lo que yo puedo hacer, sino lo que Dios puede realizar a través de mí.

Hay solo una cosa que impide que el Señor use mi vida: el pecado sin confesar, (cualquier cosa que no agrade al Señor).

El término “crecimiento” implica entonces que hay cosas en mi vida ahora que desagradan al Señor, de ahí la necesidad de “crecer”.

Gracias a Dios que Él no me pide cuentas de todo lo que Le desagrada.  En verdad, yo ni siquiera me doy cuenta de todo lo que Él quisiera cambiar.

Si estoy creciendo espiritualmente, llegaré a ser cada vez más sensible a Su voz. Él quiere que yo aprenda a escuchar Su susurro sin tener que gritarme.

Todos entendemos el concepto del “crecimiento”, porque es la manera en que criamos a nuestros hijos. Por ejemplo::

Mi hijo de 6 meses ensucia los pañales, ¿Esto me sorprende? ¿Le reto o le castigo? ¿Me agrada que ensucie su pañal?  ¡Por supuesto que no!  Sé que todavía él no entiende.

Pero si se porta así cuando tenga 10 años, será muy diferente.

El Espíritu Santo me entrena de la misma manera, sólo que Él es más paciente y tierno que nosotros.

Repito, lo que necesito recordar es que el Espíritu Santo es el Único quién puede determinar lo que no Le agrada.  Él no está esperando que yo haga esas determinaciones.

¿Acaso espera usted que su bebé le instruya en cuanto a las reglas por las cuales él vivirá en armonía con usted?  Esto sería ridículo. ¡Tampoco el Espíritu Santo espera que yo Le diga lo que es aceptable!


3)  Problemas relacionados con el futuro. Dios no quiere que yo esté sobrecargado ni por el pasado ni por el futuro.

a)  Es prudente planificar para el futuro, pero la inquietud puede convertirse en preocupación, y la preocupación en ansiedad.

Necesito tener cuidado de no permitir que esas emociones se conviertan en un pretexto para no confiar en Dios.



b)  Es (sabio y prudente)  planificar y prepararse para el futuro.

La preocupación de Pablo por el bienestar de los creyentes era correcta.

2 Corintios 11:28-29  (Pablo dijo) ... cada día pesa sobre mí la preocupación por todas las iglesias.  ¿Cuando alguien se siente débil, no comparto yo su debilidad? ¿Y cuando a alguien se le hace tropezar, no ardo yo de indignación?

Proverbios 10:5  El hijo prevenido se abastece en el verano, pero el sinvergüenza duerme en tiempo de cosecha.


c)  Pero la Palabra de Dios me enseña que “no debo preocuparme” por el futuro.

No debo tomar esto como si fuera solo una “sugerencia”.

La preocupación y la ansiedad sobre el futuro pueden ser la evidencia de una obstinada resistencia a confiar en Dios, y puede llegar a ser pecado.

Mateo 6:31-34  Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”  …  el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan.  Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.  Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes.  Cada día tiene ya sus problemas.

Filipenses 4:6  No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.


d)  Puedo contar con que el Espíritu Santo se encargará fielmente de mis necesidades.

Philipians 4:6-7  No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.  Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

1 Peter 5:6-7  Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo.  Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.

e)  El Señor quiere que le siga, a pesar de que mi preferencia natural es no seguirle.  Él quiere que yo le deje estar íntimamente involucrado en todos mis planes.

Proverbios 3:5-6  Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia.  Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas.

Lucas 9:23-24  Dirigiéndose a todos, declaró: —Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga.

Santiago 4:13-17  Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero.»  ¡Y eso que ni siquiera saben qué sucederá mañana!  … Más bien, debieran decir: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.» …  Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace.