3-2 Se Debe Entender las Predisposiciones de la Naturaleza Humana

Identificar al enemigo y sus tácticas me ayudará a depender cada vez menos de mí mismo.


Los nuevos creyentes a menudo dicen: "Pensé que cuando me convertí en cristiano ya no iba a ser tentado", o "Algunas de las cosas que solía hacer como incrédulo pensaba que desaparecerían, pero aún soy capaz de hacerlas!"

Siempre tendré la tentación y la necesidad de negar mi naturaleza humana.  Debo entender que mi vieja naturaleza humana pecaminosa no ha mejorado.  ¡Pero hay buenas noticias!  Estudiemos esto juntos.

¿Mira a su alrededor en los servicios religiosos pensando que la vida cristiana es muy fácil para todos los demás, pero no para usted? Todos los demás están aplaudiendo y sonriendo mientras cantan en la iglesia, por lo que es fácil concluir que esos cristianos no tienen la lucha con el pecado que yo tengo.

Tal vez piense que el apóstol Pablo no tuvo que luchar con el pecado de esa manera. Después de todo, Él era "súper espiritual". Es fácil concluir que mi naturaleza pecaminosa es diferente a la de otros creyentes o que su naturaleza pecaminosa es menos malvada que mi naturaleza pecaminosa. Pero la verdad es que todos tenemos la misma naturaleza pecaminosa.

2 Corintios 5:17 Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación.  ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!  (NVI).

¿No significa este versículo que mi naturaleza pecaminosa se ha ido? ¿Está muerta? No. Mi vieja naturaleza humana pecaminosa no deja de existir. No ha sido aniquilada ni reformada ni Dios la hace nueva. La provisión de Dios para la victoria sobre mi naturaleza pecaminosa es que Él implanta en mí la naturaleza divina en la persona del Espíritu Santo. Al darme Su nueva naturaleza, me libera para que pueda caminar en el Espíritu. Y caminar en el Espíritu se llama permanecer.

Gálatas 5:16 Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa. (NVI)

Ok, si todo esto es cierto, ¿por qué todavía tengo esta predisposición a escuchar y seguir mi naturaleza humana pecaminosa?  Pienso en cómo durante toda mi vida me he centrado en comportarme correctamente, desde que nací hasta que me convertí en cristiano.  Dios ahora quiere cambiar mi enfoque de la conducta externa a la transformación interna, porque mientras le permito que transforme mis convicciones y valores internos, mi conducta siempre se cambiará también.

Romanos 12:2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta. (NTV)

Para que se produzca la transformación interior, debo comprender las dos dinámicas del comportamiento exterior y la transformación interior.  De lo contrario, me desanimarán las tentaciones, los sentimientos y los deseos que pensé que ya no tendría, y no entenderé lo que está sucediendo.  Es por eso que tantos nuevos creyentes piensan: "Ya no seré tentado a pecar, porque Dios va a hacer de mi vida un gozo y siempre estaré en paz y Dios lo hará todo".

Peor aún, algunos creyentes dirán: "Soy tan malo que no tengo remedio", o "Probé la vida cristiana y pensé que iba a tener una existencia con Dios en la que iba a caminar con Él, pero veo estos mismos deseos brotar en mí, por lo que no he de ser salvo".



Analicemos la dinámica de este diagrama (“Entendiendo las predisposiciones de mi naturaleza humana pecadora”) porque identificar al enemigo y sus tácticas me ayudará a depender cada vez menos de mí mismo y más de Dios.



1)  Al nacer la mente humana es como una pizarra vacía.

No hay nada en la "pizarra" cuando nazco. Todavía no he adquirido ningún valor o convicción.


2) A medida que crezco, adquiero mis convicciones, valores y perspectiva de vida de mis padres, amigos, escuela, televisión, internet, redes sociales, etc.

(Esto es cierto para cualquier cultura en la que nos criemos).

A esto lo llamamos nuestra cosmovisión. Todas estas influencias externas dan forma a mi comprensión de la vida. Estos valores o convicciones (o la falta de ellos) se procesan en mi mente.

Tomo esta cosmovisión y sistema de valores (bueno y malo) en mi vida cristiana. Esta cosmovisión no desaparece cuando llego a convertirme.

NOTA: Parte de mi cosmovisión y comprensión es contraria a Dios; otra parte no es contraria. En el diagrama, las letras “X” representan "comprensión que es contraria a Dios", y las letras “O” representan "comprensión que no es necesariamente contraria a Dios".



3)  Cuando me convertí en cristiano, el Espíritu Santo entró en mi vida y Él quiere que siga la Verdad, no que me conforme con lo que dice el mundo. Quiere modificar mi cosmovisión para que se ajuste a la Verdad.

Juan 16:13-15 (Jesús dijo) Cuando venga el Espíritu de verdad, Él los guiará a toda la verdad. Él no hablará por Su propia cuenta, sino que les dirá lo que ha oído y les contará lo que sucederá en el futuro. Me glorificará porque les contará todo lo que reciba de Mí. Todo lo que pertenece al Padre es mío; por eso dije: “El Espíritu les dirá todo lo que reciba de Mí”. (NTV)


4) Dios nunca me obliga, pero si elijo ser enseñado, Él usará Su Palabra y otros medios para iluminar gradualmente las áreas de mi entendimiento que Él quiere modificar.

Juan 17:17 Santifícalos en la verdad; Tu palabra es la verdad. (NVI)

Efesios 4:22-24  desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. (NTV)

Pero tengo que cooperar con Él para permitirle hacer esos cambios.

Salmos 63:1 (David escribió)  Oh Dios, Tú eres mi Dios; de todo corazón Te busco. Mi alma tiene sed de Ti; todo mi cuerpo Te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua.

Este proceso de transformación y crecimiento espiritual se llama santificación y da como resultado un fruto cada vez más espiritual.

Debido al cambio en mi cosmovisión, mis elecciones comienzan a estar motivadas por el amor y la verdad y no por el egoísmo. A través de ello, soy bendecido.



5) El próximo desafío: ¿Quién está a cargo de decidir qué se necesita cambiar, cómo hacer los cambios y en qué orden?

Si me dejan por mi cuenta, puedo concluir fácilmente que Dios me deja a mí tomar las decisiones.

Juan 14:26  (Jesús dijo) Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en Mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho. (NVI)

Juan 16:13 (Jesús dijo) "Cuando venga el Espíritu de verdad, Él los guiará a toda la verdad". (NTV)

Entonces, ¿cómo se me puede enseñar para el proceso de transformación?

a) Un método es leer la Biblia. La Biblia actúa como un espejo. Dice que ciertos comportamientos son aceptables o no aceptables, de modo que mientras leo la Biblia, puede mostrarme lo que debe cambiarse.

b) Otro método es observar a otros creyentes. Puedo concluir que estas personas ya han leído la Biblia y ya saben lo que hay que cambiar. Puedo suponer que ya han permitido que la Biblia cambie su cosmovisión, por lo que puedo tomar un atajo y modelar mi comportamiento según ellos en lugar de confiar en la Biblia. Seguramente eso determinará qué comportamiento es aceptable para Dios.

Teóricamente, eso debería ser cierto si los otros creyentes siguen fielmente la Palabra de Dios. Después de todo, el apóstol Pablo dijo: “Imítame a mí, como también yo imito a Cristo” (1 Corintios 11: 1). Si imito a Pablo, teóricamente debería estar siguiendo a Cristo porque Pablo está siguiendo a Cristo y yo sigo a Pablo.

¿Por qué es esta una conclusión peligrosa? El problema es que los creyentes mayores pueden no estar siguiendo la Palabra porque probablemente hayan hecho lo mismo: siguieron a sus compañeros que siguieron a sus compañeros y ahora tenemos iglesias llenas de creyentes que pueden estar siguiendo o no la Palabra de Dios, pero siguiendo los comportamientos de otros creyentes.

Piense en este ejemplo: ¿Alguna vez ha hecho una copia de un documento? ¿Y luego hizo una copia de ESE documento? ¿Y luego una copia de ese documento? Después de 5 o 6 versiones, ¿qué tan clara es la copia en comparación con el original? 

La tutoría espiritual puede ayudarme a comprender que debo confiar en la transformación interior del Espíritu Santo en lugar de copiar el comportamiento de los demás.  

c) El método que debo usar: El Espíritu Santo es el encargado de hacer los cambios en mi sistema de valores, porque yo realmente no sé por mí mismo lo que agrada a Dios y lo que no agrada a Dios.

En este gráfico, las G’s representan áreas de mi entendimiento (cosmovisión) que Dios ha cambiado a Su perspectiva.

“A medida que un cristiano se transforma en su mente y se asemeja más a Cristo, llega a aprobar y desear la voluntad de Dios, no la suya propia para su vida. Entonces descubre que la voluntad de Dios es lo que le conviene, que agrada a Dios y que es completa en todos los sentidos. Es todo lo que necesita. Pero solo al ser renovado espiritualmente, el creyente puede determinar, hacer y disfrutar la voluntad de Dios”. 

Walvoord, John F., and Zuck, Roy B., The Bible Knowledge Commentary, (Wheaton, Illinois: Scripture Press Publications, Inc.) 1983, 1985.



 



6) Desde el momento en que “paso por” la cruz hasta el día en que muero, es el proceso en el que Dios cambia mi perspectiva de la vida.

Este proceso nunca se detendrá.

Esto significa que nunca llegaré a un lugar en mi vida cristiana donde Dios no quiera hacer cambios en mí, para que pueda llegar a ser todo lo que Él quiere que sea y siempre quiere que siga creciendo.

En la batalla ayuda a identificar al enemigo y sus tácticas. En nuestra batalla espiritual, comprender mis predisposiciones hacia la auto dependencia me ayudará a depender cada vez menos de mí mismo y aprender a depender más de Dios, con el Espíritu Santo guiándome.


7) Mi naturaleza humana pecaminosa quiere ejercer la auto dependencia en tres áreas principales, y Dios quiere iluminar estas áreas.

Jeremías 9:23-24 Así dice el Señor: «Que no se gloríe el sabio de su sabiduría, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza. Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme y de comprender que Yo soy el Señor, que actúo en la tierra con amor, con derecho y justicia, pues es lo que a Mí Me agrada —afirma el Señor—.  (NVI)

El sistema mundial (nuestro enemigo) promueve la independencia de Dios, y Satanás busca formas de engañarme y decirme que puedo vivir independientemente de Dios y estar satisfecho.

En el Huerto del Edén, Satanás engañó a Adán y Eva, en esencia, persuadiéndolos, “Dios te hizo, pero Dios no tiene tu mejor interés en el corazón, y aquí hay algunas cosas que realmente te satisfarán y no necesitarás ser dependiente de Dios”. Así que Adán y Eva optaron por escuchar e intentaron estar satisfechos independientemente de Dios.



Los tres área de independencia son:

1) LA FUERZA:  Mi cuerpo y sus apetitos, incluidos los trabajos y el comportamiento

  • En cuanto al cuerpo, fíjate cómo el mundo promueve la belleza y la fuerza física y de ahí vendrá mi felicidad.​

2) LA SABIDURÍA:  Mi comprensión y conocimiento

  • En el ámbito de la comprensión del mundo se promueve que tener más conocimientos me hará más feliz.  Obtener la fama, más títulos y más conocimientos me hará estar más satisfecho.

3) LAS RIQUEZAS:   Mis posesiones

  • Muchos piensanCuantas más posesiones tenga, más feliz seré. Desafortunadamente, no importa cuántas “cosas” tenga, no encontraré la verdadera felicidad porque Jesús dice que mi felicidad no consiste en las cosas que poseo. 

Mateo 6:19-24  No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar.  Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar.  Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.  … 

Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro.  No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.

La gente va tras estas cosas diferentes tratando de llenar el vacío en su alma, cuando Dios es el único que realmente puede satisfacernos.

El versículo 24 de Jeremías 9 dice que debemos entender y conocer a Dios.

Conocer a Dios significa que conozco el corazón de Dios y lo conozco personalmente, lo cual es más que una simple salvación.

Al igual que en una relación sana entre marido y mujer, cuanto más tiempo pasan juntos a lo largo de los años, mejor se conocen y aprenden lo que les gusta y lo que no les gusta.  Su relación prospera y se vuelve más íntima.  Así debería ser entre Dios y yo.

Algunos podrían preguntar: "¿No debería esforzarme por tener un cuerpo sano, o está mal adquirir posesiones o reunir más conocimientos?"

Estas cosas no son malas en sí mismas, pero el problema es cuando las pongo en lugar de Dios.

Tener conocimiento, un cuerpo sano y posesiones no es malo a menos que reemplace a Dios en mis prioridades.  Cuando toman el lugar de Dios, pueden volverse pecado.

Dios quiere ser lo más importante en mi vida, y quiere determinar hasta qué punto debemos dedicarnos a cualquiera de estas tres áreas.

Dios quiere ser el # 1 en mi vida con todo lo demás acomodándose en su lugar bajo Su autoridad..

Si quiero poseer algo sin importar lo que Dios quiera para mí, puede convertirse en pecado. Pero si pregunto, "Dios, quiero 'esto' y si es aceptable para Ti, y si decides que esto sería bueno para mí, entonces me gustaría tenerlo".

Dios quiere que le permita elegir las cosas que son mejores para mí, porque solo Dios sabe lo que es mejor para mí y lo que quiere hacer con mi vida.



8) Las buenas nuevas de salvación

Antes de la cruz, era un esclavo de la naturaleza pecaminosa.  Estaba muerto en relación con Dios (separado de Él).  En el momento de creer en Jesús recibí al Espíritu Santo.

 



9)Las flechas en el gráfico que atraviesan la línea punteada representan las mismas tendencias que tenía antes de la salvación y continuarán después de que me convierta en un creyente. (Predisposición al pecado).

La gran noticia es que si bien estas tendencias y predisposiciones de la naturaleza pecaminosa no cambian, ya no estoy atado ni esclavo de la naturaleza pecaminosa. Estoy libre de la naturaleza pecaminosa.

La provisión de Dios para que camine en victoria es el Espíritu Santo.

Gálatas 3:1-3  ... Déjenme hacerles una pregunta: ¿recibieron al Espíritu Santo por obedecer la ley de Moisés?  ¡Claro que no!  Recibieron al Espíritu porque creyeron el mensaje que escucharon acerca de Cristo.  ¿Será posible que sean tan tontos?  Después de haber comenzado su nueva vida en el Espíritu, ¿por qué ahora tratan de ser perfectos mediante sus propios esfuerzos?  (NTV) 

Si no entiendo las tendencias intactas de mi vieja naturaleza humana pecaminosa, lo más probable es que tenga el mismo problema que tenían los gálatas: confiar en su propia bondad y obras, incluso como creyentes. Gálatas 3:1-3 también me ayuda a comprender esta predisposición hacia la independencia con Dios.

Pablo está preguntando a los gálatas si cuando recibieron a Cristo como su Salvador fue porque estaban haciendo las cosas correctas (comportamiento) o su salvación vino a través de la fe. Sabía que sabrían que la respuesta era por fe.

Tengo la misma tendencia: esperar que mi comportamiento vaya de malo a bueno ahora que soy un creyente y que lo único que le importa a Dios es mi comportamiento sea correcto.

Sí, Dios quiere el comportamiento correcto, PERO no porque esté centrado en el comportamiento correcto, sino porque el comportamiento correcto es producto de mi transformación interior.

Pablo nos dice a los creyentes de Gálatas y a mí: "No puedes comportarte bien después de convertirte en cristiano con tus propias fuerzas".

El secreto es dejar de enfocarse en el buen comportamiento. ¡Esto suena contrario a la percepción!

Dios quiere ser el centro de atención. A medida que deseamos llegar a conocer a Dios, Él cambia nuestra perspectiva interna de la vida y eso es lo que producirá el comportamiento que es aceptable para Él.

Precaución: La (misma) naturaleza pecaminosa es como un dictador depuesto, impotente pero que continuamente afirma tener autoridad. Nunca va a cambiar hasta el día de mi muerte. La naturaleza pecaminosa siempre intentará persuadirme de que ELLA ES la que está en control de mi vida. Pero no lo es, a menos que yo lo permita.


10) Para que la naturaleza pecaminosa no tenga control sobre mi vida, tengo que caminar en comunión con el Espíritu Santo, lo que se llama permanecer. Como permanezco y camino en el Espíritu, no cumpliré el deseo de la carne.

Gálatas 5:16  Entonces digo, andad en el Espíritu y no cumpliréis el deseo de la carne.



Estoy sometido al Espíritu Santo o sometido a la naturaleza pecaminosa. No hay zona gris en este asunto. Estoy sometido a alguien o algo.

Cuando no tengo comunión con el Espíritu Santo, automáticamente me someto a la naturaleza pecaminosa.

Cuando camino en el Espíritu (permaneciendo), la naturaleza pecaminosa no reina en mi vida. Pero en cualquier momento puedo permitirme perder la comunión con el Espíritu Santo y me encontraré bajo el poder de la naturaleza pecaminosa.

Darme cuenta de que este proceso nunca se detendrá significa que nunca voy a llegar al lugar en mi vida cristiana donde Dios no quiere transformar mi entendimiento en algún área para que yo vea las cosas desde Su perspectiva, porque Jesús siempre vio la vida de Dios perspectiva y Dios me está moldeando a la imagen de Su Hijo!

Génesis 1:27  Así que Dios creó a los seres humanos a Su propia imagen.  A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó.  (NTV)

2 Corintios 3:18 Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen.


11) Entonces, ¿cómo permitimos que Dios continúe transformándonos? Conociéndolo cada día más íntimamente. (Vea la lección 1-2)

a) Escuchar a Dios leyendo Su Palabra

b) Hablar con Dios a través de la oración

c) Reunirse regularmente con otros creyentes para enseñar, orar, estudiar la Biblia, rendir cuentas y animarse.